Milton Friedman, una de las figuras más influyentes en la economía del siglo XX, fue un economista y estadístico estadounidense galardonado con el Premio Nobel, reconocido por su ferviente defensa del capitalismo de libre mercado y sus críticas a la intervención gubernamental. Sus ideas, a menudo englobadas bajo la Escuela de Economía de Chicago, desafiaron el consenso keynesiano de la posguerra y sentaron las bases para un cambio global hacia políticas económicas más liberales en las últimas décadas del siglo.
Nacido en Brooklyn, Nueva York, el 31 de julio de 1912, en el seno de una familia de inmigrantes judíos de escasos recursos, Friedman demostró desde joven una brillantez académica. Obtuvo una beca para la Universidad de Rutgers, donde inicialmente se inclinó por las matemáticas antes de apasionarse por la economía. Continuó sus estudios de posgrado en la Universidad de Chicago, un crisol de pensamiento económico donde conoció a su futura esposa y colaboradora intelectual, Rose Director. Finalmente, obtuvo su doctorado en la Universidad de Columbia en 1946.
La carrera académica de Friedman estuvo indisolublemente ligada a la Universidad de Chicago, donde fue profesor durante tres décadas a partir de 1946. Allí se convirtió en la figura central de la llamada Escuela de Chicago, un grupo de economistas que compartían un fuerte escepticismo sobre la intervención del gobierno en la economía y una profunda fe en la eficiencia de los mercados libres.
Contribuciones a la Teoría Económica
La obra de Friedman revolucionó varias áreas de la economía, pero su contribución más destacada fue en el campo de la teoría monetaria. En su monumental obra Una Historia Monetaria de los Estados Unidos, 1867-1960 (1963), escrita en coautoría con Anna Schwartz, argumentó que la Gran Depresión no fue un fracaso del capitalismo, como sostenían los keynesianos, sino el resultado de una grave mala gestión de la política monetaria por parte de la Reserva Federal.
A partir de esta investigación, Friedman desarrolló la teoría del monetarismo, que postula que la oferta de dinero es el principal determinante de la actividad económica y la inflación a corto y largo plazo, respectivamente. Su famosa máxima, la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario, resume la esencia de esta teoría. Propuso una regla monetaria simple: el banco central debería aumentar la oferta monetaria a una tasa constante y predecible, en línea con el crecimiento económico a largo plazo, para mantener la estabilidad de precios.
Otras de sus contribuciones significativas incluyen la hipótesis del ingreso permanente, que sugiere que el consumo de las personas se basa en sus expectativas de ingresos a largo plazo, no en su ingreso corriente, y el concepto de la tasa natural de desempleo, que sostiene que existe un nivel de desempleo por debajo del cual la inflación tiende a acelerarse.
Defensor del Libre Mercado y Asesor Político
Más allá de sus contribuciones teóricas, Friedman fue un incansable divulgador y defensor de las políticas de libre mercado. En su influyente libro Capitalismo y Libertad (1962) y en la serie de televisión y libro Libre para Elegir (1980), junto a su esposa Rose, abogó por una amplia gama de reformas, incluyendo un ejército de voluntarios, tipos de cambio flexibles, la abolición de las licencias médicas, un impuesto a la renta negativo y los vales escolares.
Sus ideas encontraron eco en el ámbito político, especialmente a partir de la década de 1970, cuando la estanflación (la coexistencia de alto desempleo y alta inflación) puso en jaque las políticas keynesianas. Friedman se desempeñó como asesor económico informal de los presidentes Richard Nixon y Ronald Reagan en Estados Unidos, y sus ideas influyeron notablemente en el gobierno de Margaret Thatcher en el Reino Unido.
En 1976, Milton Friedman recibió el Premio Nobel de Ciencias Económicas por sus logros en los campos del análisis del consumo, la historia y la teoría monetaria y por su demostración de la complejidad de la política de estabilización.
Legado
Milton Friedman falleció el 16 de noviembre de 2006, pero su legado intelectual sigue siendo objeto de un intenso debate. Sus defensores lo celebran como un campeón de la libertad individual y la prosperidad económica, cuyas ideas sacaron a las economías de la esclerosis de la posguerra. Sus críticos, por otro lado, le atribuyen el aumento de la desigualdad de ingresos y la inestabilidad financiera como consecuencia de la desregulación que promovió.
Independientemente de la perspectiva, es innegable que Milton Friedman fue una de las figuras intelectuales más transformadoras del siglo XX, cuyas ideas remodelaron profundamente el panorama económico y político global.
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