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Se sabe hace 500 años: la emisión descontrolada genera inflación

La teoría cuantitativa enseña que el valor del dinero depende no sólo de su oferta, sino de su poder de compra, fue formulada por primera vez por pensadores de la Escuela de Salamanca para explicar la razón por la que la llegada de grandes cantidades de oro y plata desde América a la España Peninsular había producido una subida anormal y generalizada en los precios de los bienes que se comercializaban en los mercados.

La subida generalizada de los precios de los bienes no es otra cosa que inflación.

Si bien es muy difícil cuantificar el ingreso de metales preciosos en la España Peninsular del siglo XVI, los esfuerzos de E. J. Hamilton1 en su obra “El tesoro americano y la revolución de los precios en España, 1501-1650” de 1934 nos trae algo de luz al respecto tal como podemos ver en esta tabla extraída de la misma.

A partir de estos datos podemos ver el impresionante ingreso de metales preciosos en todo el siglo XVI, en especial en su segunda mitad. Entre 1601 y 1630 vemos un fuerte declive, para finalizar el periodo analizado con una caída vertical, coincidiendo esto con la pérdida de poderío del Imperio.

Este hecho fue disruptivo en el contexto económico de España y el mayor desencadenante de los problemas que abordó la Escuela de Salamanca en Economía.

La primera consecuencia de las masivas llegadas de metales preciosos desde América fue el importante aumento de los precios de los bienes, principalmente en España, pero también en el resto de Europa, hasta el punto de que los precios se triplicaron en el siglo XVI. Estas tasas de inflación no eran normales en esos tiempos, en donde hasta ese momento había una mayor estabilidad de los precios.

Antes que nada debemos entender que la moneda en España de este tiempo era dinero mercancía. La plata era el metal monetario más importante, aunque el oro se usaba para monedas de alta denominación. Las monedas hechas de metales preciosos estaban más aceptadas que los billetes bancarios o las letras de cambio. 

Por ejemplo en este gráfico obtenido de un estudio de Yao Chen, Nuno Palma, y Felix Ward2 sobre la reconstrucción de la masa monetaria de España entre 1492 y 1810 podemos ver este impresionante crecimiento.

Antes de que se formulara la teoría cuantitativa algunos pensadores ya habían enseñado que entre las causas que explicaban los cambios del valor del dinero estaba su abundancia o escasez. Así lo reconoce su autor Martín de Azpilcueta3 cuando está tratando de las causas que hacen subir o bajar el valor del dinero:

[Lo primero] que hace subir, o bajar el dinero, que es de haber gran falta y necesidad o copia de él, vale más donde o cuando hay gran falta de él, que donde hay abundancia como lo tiene Calderino, Laurencio Rodolpho, y Silvestro, con quien Cayetano y Soto concuerdan. [… ] Lo segundo, y muy fuerte, que todas las mercaderías encarecen por la mucha necesidad que hay y poca cantidad de ellas; y el dinero, en cuanto es cosa vendible, trocable o conmutable por otro contrato, es mercadería, por lo susodicho, luego también se encarecerá con la mucha necesidad y poca cantidad de él.4

Martín de Azpilcueta en su Comentario resolutorio de cambios de 1556, formuló por primera vez la teoría cuantitativa al decir a continuación que el valor del dinero depende también de su poder de compra:

“Lo tercero, que siendo lo al igual, en las tierras donde hay gran falta de dinero, todas las otras cosas vendibles, y aún las manos y trabajos de los hombres, se dan por menos dinero que donde hay abundancia de él, como por la experiencia se ve en Francia, donde hay menos dinero que en España, valen mucho menos el pan, vino, paños, manos y trabajos de los hombres, que después de las Indias descubiertas la cubrieron de oro y plata. La causa de lo cual es que el dinero vale más donde y cuando hay gran falta de él que donde y cuando hay abundancia”.

La idea de que el dinero vale más donde escasea y menos donde abunda no era una novedad como el propio Azpilcueta reconocía como vimos anteriormente. La novedad teórica de este pensador consistió en afirmar que la abundancia de dinero subía el precio de los bienes y de los salarios mientras que la escasez los bajaba.

Tomás de Mercado5 va un paso más allá en clarificar la teoría cuantitativa distinguiendo entre el valor nominal y la estima del dinero, estableciendo un orden de estimación, que va de menos a más, entre Hispanoamérica, España peninsular y el resto de Europa:

“La tercera razón, que otros piensan ser fundamento, es la diversa estimación de la moneda. Y para entenderla, porque es muy buena, es de advertir no ser lo mismo el valor y precio del dinero y su estima. Ejemplo clarísimo es de esto: que en Indias vale el dinero lo mismo que acá, conviene a saber, un real treinta y cuatro maravedís, un peso de minas trece reales, y lo mismo vale el España. Más, aunque el valor y precio es el mismo, la estima es muy diferente entrambas partes, que en mucho menos se estima en Indias que en España. La calidad de la tierra y su disposición lleva de suyo que, en entrando uno en ella, se le engendra un corazón tan generoso en esta tecla que no tiene una docena de reales en más que acá, a modo de decir, una de maravedís. Tras las Indias, do en menos se tiene es en Sevilla, como ciudad que recibe en sí todo lo bueno que hay allá; luego, las demás partes de España. Se estima mucho en Flandes, en Roma, en Alemania, en Inglaterra. La cual estima y apreciación se causa, lo primero, de tener gran abundancia o penuria de estos metales, y como en aquellas partes nace y se coge, se tiene en poco, que aun los hombres, según el refrán, no se honran ni se estiman comúnmente en su patria”.6

La teoría cuantitativa explica el aumento o disminución de los precios de los bienes en el mercado. Por lo tanto, sirve para justificar moralmente el hecho de que los comerciantes subieran los precios de las mercancías que vendían en la medida que iba aumentando la cantidad de dinero en circulación.

Las ideas de Azpilcueta si bien no tuvieron el desarrollo completo y complejo que la disciplina económica daría más adelante a la Teoría cuantitativa del dinero, si se pueden considerar precursoras de economistas como Irving Fisher7 o el propio Milton Friedman ya que concluyó en base a la observación de realidad de la España Peninsular de esa época que el valor de la moneda varía inversamente con su oferta.

En este artículo pudimos ver cómo en Salamanca pudieron identificar variables como “precio” y “salario”, “oferta monetaria” y encontraron la relación entre estas variables que podía explicar y anticipar el comportamiento de ellas. Por otro lado este análisis cuestiona un hecho intuitivo pero que dominaba el pensamiento de los hombres de esa época y es que la mayoría habrá pensado que España y los españoles se volverían más ricos por el simple hecho de tener más disponibilidad de metales preciosos, lo cual no terminó siendo así.

Uno de los frentes de conflicto intelectual que debieron enfrentar los pensadores de Salamanca en este punto fue contra los incipientes mercantilistas de entonces que pretendían una mayor intervención Real y acaparar más metales preciosos, insistiendo con el error y profundizando el problema.

Por supuesto que en la actualidad hay mecanismos para esterilizar excedentes monetarios y reactivarlos en caso de un incremento de la demanda, pero en ese entonces estos se desconocían o no se habían ideado.

  1.  E. J. Hamilton, (1899-1989), historiador norteamericano quien en 1934 acuñó la expresión “revolución de los precios” luego usada por otros autores y por crónicas periodistas para referirse a procesos inflacionarios ↩︎
  2.  Chen, Yao; Palma, Nuno y Ward, Felix: “Reconstruction of the Spanish money supply, 1492–1810”, Explorations in Economic History, 2021 https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S001449832100019X ↩︎
  3. También conocido como el “Doctor navarro”, nació en Barasoáin, Navarra el 13 de diciembre de 1492. Pertenecía a la nobleza navarra e ingresó en la Universidad de Alcalá para realizar sus estudios de teología en el año 1509. 
    Posteriormente desarrolló sus estudios de doctorado en Cánones en Francia, donde también inició su carrera docente en las universidades de Cahors y Toulousse
    En 1524 Azpilcueta inició su etapa en la Universidad de Salamanca ocupando la cátedra de Prima en Cánones, donde se convertiría en uno de los grandes profesores de la universidad salmantina, influyendo en las ideas de pensadores posteriores como Diego de Covarrubias y Leyva.
    En 1537, se trasladó a la Universidad de Coimbra para ocupar la misma cátedra que impartía en Salamanca. En 1556 regresa a España pero diez años después viaja a Roma para ocuparse de la defensa del arzobispo de Toledo Bartolomé de Carranza. Allí residió hasta su muerte en 1586. ↩︎
  4.  Azpilcueta, Martín de: “Comentario resolutorio de cambios (1556)”, Fundación Ignacio Larramendi, 2011 https://www.larramendi.es/esc_sal/es/consulta/registro.cmd?id=3837 ↩︎
  5.  Tomás de Mercado (1525-1575) fue un filósofo y teólogo dominico, perteneciente a la Escuela de Salamanca. ↩︎
  6.  Mercado, Tomás de: “Suma de tratos y contratos”, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 1571, Capítulo V, “Del fundamento y justicia de los cambios”  https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/suma-de-tratos-y-contratos–0/html/ ↩︎
  7. Irving Fisher (1867-1947) fue un economista estadounidense que en el siglo XX presentó el desarrollo más completo mediante la fórmula matemática M*V=P*T; donde M es la oferta monetaria, V es la velocidad de circulación del dinero, P es el nivel general de precios, y T las transacciones que tienen lugar en un año. Si se asume que V es constante y que la cantidad de transacciones (T) depende de la tecnología de los productores y la demanda de los consumidores (siendo estos dos elementos los que fijan el precio). La conclusión es clara: si V (velocidad) y T (transacciones) se mantienen constantes, un aumento en la oferta monetaria provocará un incremento en el nivel de precios en la misma cantidad. ↩︎
Publicado enEscuela de Salamanca

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