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Javier Milei: ¿Heredero o Traidor de la Escuela de Salamanca?

Recientemente, el 13 de junio de 2025, el actual presidente argentino recibió el premio «Escuela de Salamanca»1 de manos de una asociación civil española llamada el Club de los Viernes2. Este hecho llamó mucho mi atención al principio porque mi primera impresión era que la Universidad de Salamanca estaba premiando a Milei y no entendía bien la razón ni los méritos académicos, pero más allá del nombre de la distinción no parece haber relación alguna con la casa de estudios superiores mas antigua del mundo hispano.

Como vimos en un artículo anterior, producto de un entendimiento incompleto y parcializado del fenómeno de la Escuela de Salamanca, , muchos exponentes actuales y pasados de la Escuela Austríaca y algunos liberales se apropiaron de esta y la proclamaron como el exclusivo origen de sus ideas.

Más allá de estos detalles, en este artículo me propongo analizar las ideas y por sobre todo las acciones de gobierno de Javier Milei desde la óptica de los pensadores de Salamanca. Advierto que aquí me tomaré algunas licencias literarias ya que estas personas no existen en la actualidad como para argumentar sus ideas, más teniendo en cuenta que las mismas fueron expuestas hace más de 400 años.

Un hipotético tribunal compuesto por los doctores de la Escuela de Salamanca del Siglo de Oro español observaría lo que va del gobierno de Javier Milei en Argentina con una mezcla de aprobación, profunda preocupación e incluso algo de escandaloso estupor.

Si bien encontrarían ecos de sus propias ideas en la defensa de la propiedad privada, la libertad de mercado y la crítica a la excesiva carga tributaria, también levantarían serias objeciones morales y teológicas a las drásticas políticas de ajuste, su impacto social y la concepción del rol del Estado.

Aprobado: Desregulación y lucha contra la inflación

Los salmanticenses aplaudirían sin dudas la lucha de Milei contra la inflación. Basándose en su desarrollada teoría cuantitativa del dinero, que vinculaba el aumento de los precios a la emisión de moneda, figuras como Martín de Azpilcueta o Tomás de Mercado comprenderían el diagnóstico del presidente argentino sobre la necesidad de frenar la emisión monetaria.

La búsqueda del equilibrio fiscal, a través de la reducción del gasto público, sería vista como un medio necesario para sanear las finanzas del Estado, un principio que ellos mismos defendían al advertir sobre los peligros de la devaluación de la moneda por parte del soberano, a la que consideraban una forma de tiranía y un robo a los ciudadanos.

La desregulación de la economía y la promoción de la libre competencia también resonarían positivamente en Salamanca. Luis de Molina y otros pensadores defendieron que el precio justo no era algo fijado arbitrariamente por el gobierno, sino el que surgía del libre juego de la oferta y la demanda. Verían con buenos ojos el desmantelamiento de controles de precios y la apertura de mercados, considerándolos mecanismos eficientes para la asignación de recursos y el fomento de la prosperidad.

Desaprobado: Intervencionismo en mercados financieros, Bien Común y Personalismo

Pero en esto hay que hacer un matiz muy importante a la luz del fuerte intervencionismo del gobierno en los mercados cambiarios y financieros y la nula independencia del Banco Central que se ha dado en los meses de julio, agosto y lo que va de septiembre de 2025. Situación que ha despertado la perplejidad no sólo de economistas liberales sino incluso de muchos intervencionistas.

Para los doctores salmanticenses, esta política sería una aberración. Si bien, como vimos antes, aplaudirían la búsqueda de la estabilidad monetaria, el método empleado sería visto como una forma de tiranía económica y una violación de los principios del mercado que ellos mismos defendieron, por las siguientes razones:

  • Manipulación del «Precio Justo»: La Escuela de Salamanca argumentaba que el precio justo de un bien, incluido el dinero (cuyo precio es el tipo de interés y el tipo de cambio), es el que se establece naturalmente por la común estimación en el mercado, es decir, por la oferta y la demanda. La intervención gubernamental para fijar artificialmente las tasas de interés o el valor de la moneda es una distorsión de ese orden natural. Martín de Azpilcueta se oponía firmemente a la regulación de precios, considerándola dañina cuando hay escasez. Elevar las tasas de interés de forma coercitiva para atraer capitales especulativos sería visto como una manipulación inaceptable.
  • El Engaño de la Alteración Monetaria: Juan de Mariana, en su tratado De monetae mutatione («Sobre la alteración de la moneda»), condenó con vehemencia al gobernante que alteraba el valor del dinero, considerándolo un robo y un engaño al pueblo. Aunque el mecanismo de Milei no es la devaluación explícita, la manipulación del mercado para sostener un tipo de cambio artificial sería vista con la misma desconfianza. Para Mariana, el valor de la moneda debe ser estable y predecible, no el resultado de las artimañas, aunque el objetivo declarado sea bueno.

El punto más crítico sería, sin duda, la consecuencia directa de esta política: la profundización de la recesión ya que esta va en contra del Bien Común y estos serían los argumentos mas fuertes:

  • El Fin No Justifica los Medios: Para la Escuela de Salamanca, la economía estaba inseparablemente ligada a la moral y su objetivo final era el bien común. Una política que, a sabiendas, hunde a la población en una recesión más profunda para mantener un indicador financiero (el tipo de cambio) sería moralmente indefendible. El bienestar de las personas, su capacidad para trabajar y vivir dignamente, prima sobre cualquier abstracción económica.
  • El Deber del Gobernante: El gobernante tiene el deber de procurar la prosperidad de su pueblo, no de sacrificarlo en el altar de la estabilidad cambiaria. Causar un daño cierto y presente a cambio de un bien futuro e incierto sería una violación flagrante de sus responsabilidades.

Siguiendo esta línea, el juicio de la Escuela de Salamanca se tornaría más severo al analizar las consecuencias sociales de las políticas de Milei. El fuerte aumento de la pobreza y la indigencia, producto de la devaluación inicial, la baja de los ingresos reales y los recortes en la asistencia social, chocaría frontalmente con el núcleo de su pensamiento social. Para los salmanticenses, la propiedad privada, si bien un derecho natural, no era absoluto y estaba siempre subordinada al Bien Común.

Y acá quiero detenerme un momento. Es mi idea profundizar en el concepto de Bien Común en futuros artículos porque junto a la Propiedad Privada y el Libre Albedrío constituye uno de los pilares del pensamiento económico hispano.

Sin el concepto tomista3 de Bien Común no hay Escuela de Salamanca, y este punto es el que convenientemente los austríacos y los anarcocapitalistas «olvidan» y ocultan en su esfuerzo por apropiarse de ella.

Teólogos como Domingo de Soto y Juan de Mariana argumentaron extensamente sobre la obligación de la caridad y la responsabilidad social de la riqueza. Sostenían que los bienes superfluos de los ricos pertenecían, por derecho natural, a los pobres. La idea de un Estado que se retira casi por completo de la asistencia a los más necesitados sería considerada una abdicación de una de sus funciones primordiales: procurar la justicia y el bienestar de todos sus ciudadanos, especialmente de los más vulnerables.

La legitimidad de los impuestos, un tema central para Juan de Mariana, también sería un punto de fricción. Si bien Mariana fue un feroz crítico de los impuestos abusivos y de la capacidad del rey para crearlos sin el consentimiento del pueblo, también reconocía la necesidad de la tributación para el sostenimiento de las funciones esenciales del gobierno, entre las que se incluía la defensa y el mantenimiento de la justicia. La consigna anarcocapitalista repetida muchas veces por Milei de que pagar impuestos es un robo4 sería matizada: para la Escuela de Salamanca, sería un robo si el impuesto es injusto, desproporcionado o no consentido, pero no si se destina al bien común.

Finalmente, la concepción del poder de Milei, con su fuerte personalismo y sus decretos de necesidad y urgencia, habría generado suspicacias. Francisco Suárez, uno de los más grandes teóricos de la soberanía popular, defendía que el poder del gobernante emana de la comunidad y que este puede ser depuesto si se convierte en un tirano. Si bien no llegarían a calificar a Milei de tirano, sí analizarían con lupa si sus reformas, implementadas de manera tan vertiginosa y con escaso consenso parlamentario en sus inicios, respetan los límites del poder otorgado por el pueblo.

Conclusiones

El veredicto de la Escuela de Salamanca sobre los primeros años de Javier Milei sería complejo y con muchos matices. Reconocerían la validez de algunos de sus diagnósticos económicos y la afinidad de ciertas de sus políticas con los principios de libertad económica que ellos mismos ayudaron a forjar. Sin embargo, su profunda raíz humanista y cristiana los llevaría a condenar sin paliativos el desdén por las consecuencias sociales de sus medidas.

Este tribunal de Salamanca imaginario vería al gobierno de Milei no sólo como insensible a las consecuencias sociales de un ajuste drástico, sino también como incoherente e intervencionista. Lo acusarían de traicionar los principios del libre mercado que dice defender, utilizando herramientas de control y manipulación que ellos mismos habrían denunciado como tiránicas.

  1. Se puede ver la ceremonia en este video de Youtube https://www.youtube.com/watch?v=uiRzLtsDKHY ↩︎
  2. Aunque el nombre de esta asociación puede sonar algo informal (en lo personal al principio me sonó a un grupo de amigos que se juntan a cerrar la semana tomando bebidas alcohólicas) se trata de una asociación organizada con objetivos y alianzas con otras instituciones. https://www.elclubdelosviernes.org/ ↩︎
  3. Relacionado a Santo Tomás de Aquino ↩︎
  4. Esta idea fue defendida por Frédéric Bastiat en el siglo XIX y luego en 1982 por Murray Rothbard quien argumentó en La ética de la libertad que los impuestos son robos y que la resistencia fiscal es legítima ↩︎

Publicado enArgentinaEscuela de Salamanca

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