Luis de Molina (1535-1600) fue un influyente jesuita, teólogo y jurista español, reconocido por su intento de reconciliar la omnisciencia divina con el libre albedrío humano a través de su doctrina del Molinismo. Su pensamiento generó una de las controversias teológicas más importantes de su tiempo y dejó un legado duradero en la filosofía y la teología.
Nacido en Cuenca, España, Molina ingresó en la Compañía de Jesús en 1553. Realizó sus estudios en Portugal, en las universidades de Coímbra y Évora, donde más tarde se desempeñaría como profesor de teología durante varias décadas. Hacia el final de su vida, regresó a España, falleciendo en Madrid en 1600.
El Molinismo y la «Ciencia Media»
La contribución más significativa de Luis de Molina al pensamiento teológico es su doctrina del Molinismo, expuesta en su obra capital Concordia liberi arbitrii cum gratiae donis, divina praescientia, providentia, praedestinatione et reprobatione (Concordia del libre albedrío con los dones de la gracia, la presciencia divina, la providencia, la predestinación y la reprobación), publicada en 1588. En este trabajo, Molina abordó el espinoso problema de cómo la libertad humana puede coexistir con la gracia divina y la soberanía de Dios.
Para resolver esta aparente contradicción, Molina introdujo el concepto de «ciencia media» (scientia media). Según él, Dios posee tres tipos de conocimiento:
- Conocimiento Natural: El conocimiento de Dios de todo lo que es posible.
- Conocimiento Libre: El conocimiento de Dios de todo lo que ha decidido crear y, por lo tanto, de todo lo que existirá.
- Conocimiento Medio: El conocimiento de Dios de cómo actuarían las criaturas libres en cualquier circunstancia posible en la que pudieran ser puestas. Este conocimiento es «medio» porque se sitúa entre el conocimiento de lo puramente posible y lo que definitivamente sucederá.
A través de la ciencia media, Dios sabe de antemano lo que cada persona elegirá libremente en cualquier situación. Basado en este conocimiento, Dios puede entonces decidir qué circunstancias crear para lograr sus propósitos soberanos sin anular la libertad humana.
La Controversia de Auxiliis
Las ideas de Molina fueron recibidas con fuerte oposición, especialmente por parte de la Orden de los Dominicos, liderados por el teólogo Domingo Báñez. Los dominicos sostenían una visión más tradicional, conocida como Tomismo, que enfatizaba la eficacia intrínseca de la gracia divina. Argumentaban que la doctrina de Molina otorgaba un poder excesivo al libre albedrío humano, en detrimento de la soberanía de Dios.
Esta disputa teológica, conocida como la controversia de Auxiliis (sobre los auxilios de la gracia), se prolongó durante varios años y llegó a ser tan intensa que tuvo que intervenir la Santa Sede. Se establecieron comisiones papales para examinar las doctrinas de ambos lados, pero finalmente, el Papa Paulo V en 1607 decidió no pronunciarse definitivamente a favor de ninguna de las dos posturas, permitiendo que ambas coexistieran dentro de la Iglesia Católica.
Contribuciones al Derecho y la Economía
Además de su obra teológica, Luis de Molina realizó importantes contribuciones al campo del derecho y la economía a través de su tratado De iustitia et iure (Sobre la justicia y el derecho). En esta obra, abordó temas como la teoría de los precios justos, la legitimidad de los préstamos con interés y la naturaleza de la propiedad privada, convirtiéndose en una figura destacada de la Escuela de Salamanca. Sus escritos reflejaban un agudo entendimiento del funcionamiento de la economía en la sociedad de su tiempo.
El pensamiento de Luis de Molina continúa siendo estudiado y debatido en la actualidad, tanto en el ámbito de la teología como en el de la filosofía, por su original y complejo intento de armonizar dos de los pilares fundamentales de la fe y la razón: la soberanía de Dios y la libertad humana.
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